Nuestra propia arma

Quizás nosotros no tengamos armas de fuego, pero tan sólo con lo que sabemos hacer es suficiente para dar a conocer lo que pensamos, sentimos o percibimos. Lo mejor de todo es que es un arma inofensiva, y por sobre todo, mantiene nuestra mente en paz. Si bien los caricaturistas hacemos parodias o hacemos dibujos con mensajes subliminales, sigue siendo humor sano, un humor que se trasmite con el talento innato que surge de nuestras propias manos y nuestra propia mente o creatividad. No hay ningún caricaturista que haga su trabajo o su pasión con afán de hacer daño a alguien, mucho menos a una religión, las personas que no puedan entender eso, creo que simplemente les falta vivir la vida con humor y no alborotarse con cosas que son muy simples; eso es lo que personalmente creo que le falta a este mundo de no ser así, no habrían guerras, envidia, luchas de poder, ofensas, discriminación, clases sociales y tantas cosas que hacen la diferencia unos de otros. Sería un mundo en paz...